domingo, 2 de enero de 2011

My s toboi

Mangee no conoce la danza de la lluvia, pero es que no la necesita.
Las pocas, pero deliciosas, ocasiones que hemos estado juntos recuerdo que aparecía con la lluvia pegada a los talones.

Penúltimo día de la primera semana de agosto de aquel año, el tranvía que nos lleva desde el hotel hasta la Plaza de Aleksander Nevsky está casi vacio. El bosque que atravesamos es tan frondoso que apenas se venlas antenas del edificio de la Televisión Búlgara.

- Juan, estamos solos y eso me gusta
- Si, "my s toboi"

Le explico que hay un pronombre ruso que me encanta utilizar, aunque a decir verdad ésa era la primera vez que lo utilizaba. Aún no había encontrado la persona a quien dedicarlo. Es la segunda variante del pronombre personal primera persona plural.
Generalmente se usa "my" que significa nosotros, y en el tranvía yo había empleado "my s toboi" (literalmente es "nosotros contigo") que significa, tú y yo ... y nadie más. No es un pronombre excluyente, es más bien un pronombre de confianza. Tiene una ligera connotación de mezcla de identidades semejantes, de reconocerse en el otro y ofrecer las imparidades de cada uno sin perder la identidad propia. Se construye sobre lo común y se añade lo diferente. Sencillo e incomprensible al mismo tiempo, cómo si se buscara una Santisima Trinidad tocada por el amor.

Todo esto se lo explicaba mientras sostenía su mano, sentía el pulso seguro y firme, bombeando vida mientras bombea vida al paso por el delta de su muñeca. Conté sus respiraciones, exactamente 13 por minuto.
Mi cara se acercó a la suya, Mangee pensó que quería besarla y cerró los ojos. Nuestras narices se tocaron. mi aleta izquierda pegada a su aleta derecha.

- Juan ¿Qué haces?
- Ajusto mis inspiraciones a tus expiraciones. Respiro el aire que ha estado en tu interior. Necesito que tu mi aliento camine codo a codo con el tuyo, porque esto , querida Mangee, no es un prosáico intercambio de anhídrido carbónico. Es un paso más para llegar al "my s toboi" que deseo.

Me sonrió con los ojos y su calor naranja se juntó con mi calor amarillo.

Gotas que eran algo más que lluvia acompasaron nuestros pasos y la sentí, no cómo algo mío sino cómo algo que ya estaba dentro de mí.

1 comentario:

Las Espirales de Brígida dijo...

Qué suerte tiene Mangee, hacedora de milagros completos...