domingo, 2 de enero de 2011

El Cine Doré

Mangee salió de la niebla.
Elegante cómo el balanceo de una góndola, agitó la mano izquierda para saludarme. Esta vez se había pintado las uñas de rojo ciudad prohibida, sus labios carnosos y desnudos la hacían más entrañable y próxima, tenía ese aire que nos recuerda a la prima de la que todos nos enamoramos a los quince años.
Me picoteó la mejilla con un beso leve mientras me tomaba por el codo.

- Ven, hoy vamos al cine, a la sesión golfa de medianoche

Los charcos rebotaban a la luna escondida dos siluetas acompasadas. En la esquina del viejo mercado el neón teñía los charcos con dos palabras ·"Cine Doré"-
Compró dos billetes y entramos a nuestra sala favorita, la sala azul ... decorada con motivos orientales, única para ver "Lawrence de Arabia" en versión original subtitulada. En la sala estaban los habituales naúfragos de la noche. El catedrático expulsado por alcohólico, la mujer gorda que se parece a mi tía Emilia, los dos gemelos que viven de trapicheos en la última fila y Lana, mujer de mil pasaportes y fiel a un solo amor.
Esta vez subimos al primer palco de la izquierda. Su gabardina y mi chaqueta acolcharon los respaldos de las butacas. La luz se desvaneció con la levedad de la respiración de un ángel y comenzó la proyección.
Yo crucé las piernas, Mangee me sonrió en la oscuridad. Abrió el bolso negro, su bolso sepultura de los recuerdos, y sacó dos copas en forma de tulipán y una botella de cava catalán.
Arranqué el corcho sin apenas hacer ruido y llené las copas. Nos miramos fijamente y ninguno formuló un deseo, ambos sabíamos que no sería el mismo.

- Mangee ... voy a destrozar mi reloj para congelar este instante, para que desaparezcamos en el útero de la noche.

Me miró entre triste y sorprendida.

Quiero recordar que amanecimos abrazados en el Paseo del Prado, bajo la puerta principal del Jardín Botánico

1 comentario:

Las Espirales de Brígida dijo...

Sin mas, eres el mejor, que bueno que comenzaste esto...
Oxxo