lunes, 7 de marzo de 2011

Gregorio Díaz Cañabate (alias Martillo) nunca salió de Mazarrón. Incluso se presentó voluntario al ejército para no alejarse del terruño, y allí le conocí. En la batería C2 de artillería de costa era famoso por sus burradas dialécticas. Nos ametrallaba, durante las comidas, con exabruptos de nieto de cabrero . Añadía la interjección "Pijo", con la dura entonación cartagenera, en las posiciones impares de cada una de sus frases.

Y ayer me acordé de él.
Y cómo soy disperso y una cosa me lleva a otra recordé a:

- Valentín M, experto jugador de Monopoly. Hoy regenta un local nocturno en el distrito gay de Madrid.

- Cecilio Güeras Macías. Trasladado al penal de Ocaña, nada más terminar su permanencia en filas. Declarado culpable de un delito contra la salud pública.

- Nazario. Maestro de educación primaria. Se embarcó como engrasador en un buque petrolero cuando dejó embarazada a su novia. Desparecido en un naufragio en el océano Índico.

- César (alias El Vasco). Ayudante de cocina en un restaurante de Estella (Navarra).

- Pedro D. Diplomático en una república del antiguo bloque socialista.

- Juan N. Actor de doblaje. Dueño de la voz que mejor transmite el acento andaluz.

- Vicente C. Atrapado en la secta Dianética.

- Jesús M. Caricaturista en los bares de Zaragoza.

- Luis A. Coleccionista de divorcios e hijos. Cinco y once respectivamente.

- Jaume M. Sigue de tejedor en una empresa que está al borde la quiebra.

- Luis F. Inspector del Cuerpo General de Policia.

Y muchos más que he dejado arrinconados en el rellano de la memoria.

Todos ellos relegados por un papel arrugado en el bolsillo trasero de mis pantalones.
Y dice así: "Hotel - Hacienda & Temazcal - 27/01/11"

Somos hijos del pasado y padres del futuro

1 comentario:

Anónimo dijo...

Promesas de temazcal, con hierbas mexicanas, con paisajes en verde, con caricias en amarillo